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Una auditoría ayuda a poner a prueba la contabilidad de las empresa, puesto que se examina, se inspecciona y se controla la situación económica de ésta, obteniendo evidencia suficiente y oportuna para expresar una opinión sobre la razonabilidad de los Estados Financieros.

En una auditoría, se analizan qué procesos están mal y cuáles se manejan de forma correcta y se verifica si se están cumpliendo las obligaciones legales y todo lo relacionado con el sistema interno y externo de la empresa, con el objetivo de evaluar su rendimiento y establecer mejoras en los procedimientos que lo requieran.

Los principales objetivos para realizar una auditoría son los siguientes:

• Detectar fraudes que se están cometiendo en la empresa.

• Detectar errores técnicos que se estén llevando a cabo.

• Obtener toda la información necesaria para la adecuada toma de decisiones.

• Dar credibilidad a futuros inversores o entidades financieras.

• Observar si los procedimientos internos de la empresa están siendo eficientes y eficaces.

• Comprobar que todos los productos y servicios se estén llevando de la forma legal adecuada, evitando errores que puedan ser considerados fraudes y que esto tenga como consecuencia multas y sanciones.